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La historia del Ford GT: el mítico Ford GT40



Ford GT40

El Ford GT40 es un coche mítico, una leyenda de las carreras hecha realidad que dominó la escena automovilística en las décadas de los años 1960 y 70. Nadie puede negar que este modelo en concreto, y todas las evoluciones que se construyeron forman parte de la historia del automovilismo de competición, y tanto es así que la leyenda se ha reencarnado en el nuevo Ford GT, un prototipo llamado a revivir la historia y conquistar, de nuevo, las 24 Horas de Le Mans. Y todo comenzó, precisamente, porque Henry Ford II quiso dominar la escena mundial en la competición.


Ford GT40

En efecto, desde los inicios de la década de 1960, Henry Ford II puso en marcha lo que se denominó “Ford Total Performance”, un esfuerzo titánico por competir lo máximo posible, haciendo grandes progresos en el terreno del I+D y con un objetivo claro en mente: conquistar las 24 Horas de Le Mans. En esa época, la victoria en la prueba de resistencia por excelencia significaba, a ojos de la opinión pública, la prueba definitiva acerca de la fiabilidad y prestaciones no solo de un coche, sino de un fabricante. Y significaba brillar por encima de la competencia en el terreno de la ingeniería de motores y, en general, de la fabricación de automóviles.

Por otro lado, en esos años la resistencia parecía un escaparate de Ferrari, pues los italianos dominaban la escena. Henry Ford II estuvo en negociaciones con Enzo Ferrari para comprar la fábrica y la marca, pero tras 12 meses de reuniones, ofertas, discusiones… el italiano se echó atrás y eliminó la posibilidad de una fusión. Ford tomó entonces la decisión de crear su propio coche de carreras, pero no uno cualquiera, sino un prototipo específicamente diseñado para ser intratable en Le Mans, y en la resistencia en general. Ese fue el punto de partida para la creación de una leyenda.


Ford GT40

La idea, la base y el debut del Ford GT40.

En paralelo a las negociaciones con Enzo Ferrari, Ford había iniciado un programa de competición en 1962. Entre otras propuestas, se eligió colaborar con Lola porque ya había utilizado un motor Ford V8 en su Lola Mk6 (el Lola GT) con motor central. Eric Broadley, el dueño y jefe de diseño de Lola Cars se embarcó en una colaboración de un año con Ford que incluía la venta de dos chasis del Lola Mk6, a partir del cual se diseñaría el Ford GT (Grand Touring).


Ford GT40

Es curiosa la denominación GT, porque el nombre del prototipo original iba a ser Ford GT, y dichas siglas venían a significar “placer de conducción”, algo que venía de una época en la que esa conducción se veía como algo glamuroso. El número 40 no era otra cosa que la altura del coche, en pulgadas: poco más de 1 metro de altura.

El Ford GT40 estaba equipado con un motor V8 de 4.2 litros “Indianápolis” y un eje transversal Colotti de 4 velocidades, además de disponer de suspensión de doble horquilla diseñada por ordenador y frenos de disco de 11,5 pulgadas en cada rueda. En abril de 1964 se presentaba al gran público, y apenas un par de semanas después aterrizaba en Le Mans para los test previos.


Ford GT40

El tiempo no acompañó, y entre lo exigente de la pista y algún problema aerodinámico se sucedieron dos accidentes que terminaron con esas pruebas, y dejaron a coches y pilotos sin apenas poder rodar. En junio, la prueba de 24 horas fue dura y los coches alineados por Ford abandonaron por diversos problemas mecánicos.

Para solventar los problemas del Mark I Ford acudió a Carroll Shelby, quien sustituyó el motor por un fiable motor de stock-car de 7 litros. Los problemas de motor desaparecieron con el Mark II, y el coche era todavía más rápido y estaba muy cerca de sus competidores. El año 1965 no sería todo lo exitoso que cabía esperar, pero estaba claro que el GT40 era un contendiente a tener en cuenta.


El duro trabajo de puesta a punto, en el túnel del viento y en el simulador (por entonces algo más mecánico que hoy en día) con sesiones de hasta 48 horas en un dinamómetro especial que simulaba el trazado de La Sarthe, hicieron del Ford GT40 Mark II un coche ganador. En 1966 comenzaría la etapa dominadora de este (hoy) legendario modelo, la prueba irrefutable de la victoria de Ford sobre la competencia.

Fuente: Ford.

 
 
 

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