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Cientos de millones de euros en autos clásicos, pilotados al límite en circuito



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Muchos autos clásicos son joyas de incalculable valor. Por ejemplo, los Ferrari 250 GT cambian de manos por importes superiores a los 30 millones de dólares. A muchos coleccionistas ni se les pasa por la cabeza la idea de competir con dichos autos en una carrera de resistencia, pero no es lo mismo que opinan los corredores del Kinrara Trophy, parte del Goodwood Revival, que es una carrera de resistencia de una hora en la que cientos de millones de euros en autos clásicos ruedan al límite, luchando por la primera posición.


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Se puede ver algún Ferrari 330 GT e incluso el mítico Ferrari 250 GT “Breadvan”, un ejemplar único con carrocería shooting break. Los pilotos que conducen estas máquinas no van precisamente de paseo: ruedan a su límite, y además saben lo que hacen. Por ejemplo, fue Tom Kristensen – campeón del DTM – el que pilotó uno de los 250 GT a la victoria.


El nivel de pilotaje es tan alto que la carrera se saldó sin apenas incidentes. Sólo un Aston Martin DB4 GT terminó estrellado contra las protecciones, el resto de incidentes fueron trompos y ligeros contactos entre los coches. Con todo, me llena de orgullo y satisfacción que aún haya clásicos de antaño que se usan para el propósito que fueron diseñados. Para asombrar a sus conductores y a los espectadores.

Por eso el Kinrara Trophy es un evento tan especial y el vídeo lo recoge en su totalidad.

 

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